lunes, 2 de octubre de 2017

Sustentabilidad Financiera del SNIS


El Ingeniero Hugo Odizzio me facilitó su ponencia en la conferencia organizada por el Espacio 40, en el marco del Congreso Ideológico Wilson Ferreira Aldunate.

Dada su extensión y de conformidad con el autor he decidido publicarla en 3 entregas cuyos contenidos serán:
1.    La situación actual.
2.    La proyección de corto plazo y los grandes temas pendientes de solución 
3.    El gasto en términos del PIB y los desafíos que deberemos asumir.

Primera entrega. La Situación actual

Fui convocado a exponer brevemente sobre la sustentabilidad financiera del Sistema Nacional Integrado de Salud, en el marco de una actividad que planteó las siguientes interrogantes:

A diez años de instrumentado el SNIS:
        ¿Hubo un avance en la calidad de los servicios y se cumplieron las metas según los propósitos que motivaron la reforma?
        ¿Cuál ha sido el aprendizaje obtenido en la asistencia de salud mediante la integración público- privada?
        ¿Está su sustentabilidad asegurada en términos financieros y según tendencias demográficas previsibles?

Veamos cómo llegamos al escenario actual y las cifras relevantes de la situación financiera del SNIS luego de transcurridos 10 años.

La reforma previó la incorporación progresiva de colectivos, desde el 1/1/2008 con los hijos de los trabajadores, hasta julio de 2016, donde queda incorporado el último grupo de jubilados.

Hoy están comprendidos en el SNIS y tienen su cobertura financiada por el FONASA, todos los trabajadores, jubilados y pensionistas, públicos y privados, sus hijos menores o hijos discapacitados a cargo de cualquier edad, cónyuges y concubinos en tanto no generen el derecho en forma directa.

No han sido incorporados al SNIS y por tanto no aportan al FONASA, los funcionarios de las Intendencias, Gobiernos Municipales, Policía y Personal de las FFAA.

En el mensaje de la Rendición de Cuentas 2016 que acaba de aprobar el parlamento, se incluyó un cuadro que muestra un incremento progresivo de las transferencias de Rentas Generales para cubrir la brecha creciente entre lo que recauda el FONASA y lo que paga por concepto de cápitas.

Dicha diferencia en el ejercicio 2015 ascendió a unos 400 millones de dólares y para el último ejercicio, correspondiente al año 2016, llegó a 16.800 millones de pesos, equivalentes a unos 580 millones de dólares.

El crecimiento exponencial del déficit está asociado al ingreso del colectivo de jubilados y pensionistas, para los cuales el valor de la cápita que paga por ellos el sistema, es sensiblemente menor a las contribuciones que realizan al mismo.

Con la incorporación de pasivos (jubilados y pensionistas) y sus cónyuges a julio de 2016, el universo objetivo de la reforma se encuentra plenamente cubierto, conforme al marco legal que define actualmente su alcance. La incorporación de los pasivos que restaban ingresar, determinó que esa diferencia aumentara significativamente en 2016 y siga aumentando en 2017, cuando se compute todo el ejercicio en el balance operativo, dado que haber ingresado en julio, para 2016 la Rendición de Cuentas sólo reflejó la mitad del período de esa última incorporación.

El propio mensaje del Poder Ejecutivo ya señala que deben considerarse 2.800 millones de pesos adicionales para este ejercicio 2017, que a valores constantes de 2016 estaría llevando la asistencia de Rentas Generales al FONASA, para 2017 al entorno de 20.000 millones de pesos. Unos 700 millones de dólares.

Este déficit con el cual se cerrará el presente ejercicio ha llegado para quedarse, en un escenario de mayor estabilidad, pero a la vez, de un peso muy elevado en las finanzas públicas.

En el balance que arroja ese resultado, no se puede prever una reducción de los egresos del FONASA, ya que el escenario de ajuste de las cápitas y otros conceptos que determinan los ingresos para los prestadores, son negociaciones complejas y con puntos de acuerdo que muchas veces no terminan de conformar a los actores.

Ello responde en buena medida a que la estructura de costos del Sector Salud tiene una alta componente de salarios y gastos de funcionamiento con elevada rigidez.

Los ingresos genuinos del FONASA son dependientes del nivel de empleo y de la masa salarial por la cual se tributa. El desempleo se encuentra en niveles bajos y si bien se han dado fluctuaciones menores, puede que se modifique al alza más que a la baja y ello significa menos recaudación para el FONASA.


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