Ing. Hugo Odizzio
2ª entrega
La proyección de corto plazo y los grandes temas pendientes
de solución
Estos
factores que se han mencionado, hacen prever un escaso margen para reducir el déficit
que se consolidará a partir de este año y más aún, la perspectiva más razonable
es que el mismo crezca en forma leve pero sostenida.
Ese
crecimiento en el mediano plazo, está asociado al aumento de la expectativa de
vida (pacientes de mayor costo para el sistema), la jubilación que se viene
optando a edades tempranas (con la consecuente pérdida de aportes sobre
salarios más elevados que la jubilación) y cambios en la relación activo /
pasivo, no sólo por aspectos demográficos sino también por cambios en los
procesos productivos.
Ante
este escenario, aún sin suponer cambios abruptos, hay que analizar y proyectar
su evolución, para lo cual es necesario definir instrumentos de monitoreo en
términos similares a lo que se realiza actuarialmente en el análisis de las
proyecciones financieras del Sistema de Seguridad Social.
Estimo
que aún no se han dedicado esfuerzos y los consecuentes recursos para llevar a
cabo dicha tarea. Quizá el Área de Economía de la Salud del MSP lo tiene en su
agenda, pero si no fuera así, debería considerarlo.
Este
esfuerzo económico que realiza toda la sociedad uruguaya ¿ha generado un
retorno comparable en términos de resultados?
Si
vemos estas frases extraídas del mensaje de Rendición de Cuentas del Poder
Ejecutivo y de la presentación realizada por el MSP al conmemorar los 10 años
de la Reforma de Salud, queda la sensación que poco o nada se ha avanzado en el
plano de las transformaciones relevantes que anunciaba la Reforma del Sistema.
Escenario anterior
mencionado por el P.E. en el mensaje de la RDC 2016.
“La existencia de múltiples
y diversos efectores de salud, en ocasiones superpuestos y con fuerte tendencia
a la especialización médica, derivaba en que las unidades asistenciales
estuvieran escasamente coordinadas entre sí, condicionando la existencia de
calidad y eficiencia.”
“El acceso a la salud no
alcanzaba la universalidad y era la población más vulnerable (niños,
adolescentes y ancianos) la que quedaba fuera del sistema.”
Aspectos pendientes a 2017
según presentación del MSP.
“Profundizar el Sistema de
Salud, avanzando en convenios de complementación de servicios de modo de
racionalizar los recursos en el territorio, administrando la tensión existente
entre la competencia de los 43 prestadores por los afiliados FONASA, con la
construcción de un sistema que aproveche recursos estructurales, tecnológicos
subutilizados, incorporando también a los RRHH en la lógica de complementación.”
“A esos efectos, se ha
detectado la necesidad de establecer precios de referencia que garanticen
mecanismos sustentables de intercambio de prestaciones entre las diferentes
instituciones del sistema.”
“Generar indicadores de
calidad de la atención de manera de estimular la competencia de los prestadores
en las buenas prácticas de salud. Incorporar la dimensión calidad en el cálculo
del pago de la cápita.”
“Conformar centros de
referencia nacionales para patologías de baja prevalencia, con el objeto de
establecer una escala necesaria y suficiente para alcanzar estándares de
calidad, con equipos estables, experiencia comprobable, docencia y
racionalización de costos asistenciales.”
Demasiados
pendientes, muchos de ellos diagnosticados como los temas que se querían
resolver con la reforma y otros que involucran aspectos básicos de la gestión
de la reforma que deberían haberse considerado desde el comienzo de la misma y
aún siguen esperando su hora.
En
el relato oficial respecto a la Reforma de Salud se menciona en forma
permanente que con el Sistema Nacional Integrado de Salud se logró la
universalidad de las coberturas de salud para los ciudadanos, lo cual es
totalmente falso. Para probarlo, basta recordar el caso de un connotado
dirigente del Frente Amplio que se hizo operar en un hospital público con la
sola presentación de un carné de asistencia, aduciendo –engañosamente- ser una
persona de bajos recursos.
El
atraso entre lo esperado y lo realmente obtenido con la Reforma de Salud, más
aún si consideramos los recursos crecientes que hoy recibe el SNIS, tiene su
máxima expresión en lo que refiere a ASSE.
En
estos diez años se cuadruplicó el gasto por usuario en ASSE y no podemos
afirmar que el resultado en términos de servicios a la población que atiende, sea
acorde a ese enorme volumen de recursos que el país le está entregando al
prestador público. Es curioso que eso sea presentado como un logro por el Poder
Ejecutivo, cuando en realidad es una prueba tangible de cómo llevar a cabo una mala
gestión en un servicio público.